Capítulo 5 IC Relacion con la perspectiva Japonesa

El rol de la IC en los ODS-2030

IMESC Universidad Nacional de Cuyo

Jonathan Alexis Sdrigotti 12

Resumen:

El crecimiento de la importancia de las Infraestructuras Criticas (IC en dalenate) observado a lo largo de las últimas décadas del siglo XX y principios del siglo XXI incide de forma directa en la construcción de estabilidad y gobernanza del sistema global de desarrollo humano. En ese contexto se identificó un eje de información constituido por el conjunto sostenibilidad - resiliencia - criticidad, que permanece explícito en los documentos y planes de acción de diferente estados y Organismos Internacionales cuyo estudio aporta importantes datos a la Historiografía del Tiempo Presente, ya que de su análisis emergen posibles hipótesis que complementan desde la praxis historiográfica el arduo trabajo cualitativo y cuantitativo hecho a lo largo de los años por expertos en el ámbito documental y archivístico. Para ello el presente trabajo se propone como objetivo general describir las características principales del concepto de Infraestructuras Críticas en las últimas décadas del siglo XX y principios del siglo XXI y su relación con la estabilidad del sistema global de desarrollo, respondiendo a un diseño no experimental de tipo panel aplicado de manera longitudinal o evolutiva, prefiriendo la utilización de un enfoque mixto que integre variables cuantitativas y cualitativas, con el fin de realizar una aproximación al objeto de estudio desde una perspectiva sistémica. Respecto a las técnicas utilizadas, se recurrió a la investigación documental mediante la aplicación de la sistematización bibliográfica, el análisis de contenido propio del enfoque cualitativo y el análisis textual cuantificado, estructurando los resultados del presente trabajo en cinco apartados.

Palabras clave: Amenazas, infraestructuras críticas, políticas de seguridad, prevención, riesgos.

Abstract:

The growth in the importance of Critical Infrastructures observed throughout the last decades of the 20th century and the beginning of the 21st century had a direct impact on the construction of stability and governance of the global system of human development. In this context, an axis of information constituted by the sustainability-resilience-criticality set was identified, which remains explicit in the documents and action plans of different states and International Organizations whose study contributes important data to the Historiography of the Present Time, since from its analysis, possible hypotheses emerge that complement, from historiographical praxis, the arduous qualitative and quantitative work done over the years by experts in the documentary and archival field. For this, the present work proposes as a general objective to describe the main characteristics of the concept of Critical Infrastructures in the last decades of the 20th century and the beginning of the 21st century and its relationship with the stability of the global development system, responding to a non-experimental design of panel type applied longitudinally or evolutionarily, preferring the use of a mixed approach that integrates quantitative and qualitative variables, in order to make an approach to the object of study from a systemic perspective. Regarding the techniques used, documentary research was used through the application of bibliographic systematization, content analysis of the qualitative approach and quantified textual analysis, structuring the results of this work in five sections.*

*Keywords: Threats, critical infrastructures, security policies, prevention, risks.

5.1 Introducción

Existen diversas hipótesis e investigaciones de tipo cualitativo respecto a cuál es la naturaleza de las Infraestructuras Criticas. Algunas perspectivas teóricas sugieren que la naturaleza de los mismas se limita solamente a las tecnologías de la información y sus subsistemas derivados, no siendo estos más que elementos del sistema destinados a refrendar pasivamente las disposiciones en materia de seguridad y protección, quedando desprovistos de todo posible protagonismo.

Otras perspectivas en una línea de pensamiento divergente sostienen, por su parte, que las Infraestructuras Críticas responden a un espectro de temas mucho más amplio que aquel que agota sus recursos en establecer políticas de protección solo en base a las tecnologías de la información subordinando al resto de los subsistemas. La ampliación del espectro de Infraestructuras Críticas transforma a estos tópicos en factores activos dentro del sistema global, convirtiéndose no solo la protección sino el acceso a las Infraestructuras Criticas en evidencia de un éxito adaptativo que permite la consolidación de la estabilidad del sistema global.

El Consejo de la Unión Europea (2008) ha definido a las Infraestructuras Criticas como el elemento, sistema o parte de este situado en los Estados miembros que es esencial para el mantenimiento de funciones sociales vitales, la salud, la integridad física, la seguridad y el bienestar social y económico de la población y cuya perturbación o destrucción afectaría gravemente a un Estado miembro al no poder mantener esas funciones.

Asimismo, el Centro de Infraestructura Crítica (2022) de EE.UU. sostiene que la infraestructura crítica describe los sistemas y activos físicos y cibernéticos que son tan vitales para los Estados que su incapacidad o destrucción tendría un impacto debilitante en la seguridad física o económica o en la salud o seguridad pública.

En ese contexto y ante la falta de estudios de tipo mixto relacionados con el concepto de Infraestructuras Críticas, resulta de especial interés llevar a cabo un análisis de datos orientado al estudio de las diferentes perspectivas que abordan la temática , con el fin de establecer una relación entre los ejes criticidad - resiliencia – sostenibilidad, que permita complementar desde una óptica eminentemente cuantitativa y cualitativa, las investigaciones de tipo determinista que se han realizado desde diferentes perspectivas a lo largo de la transición al siglo XXI. La utilización del método mixto y comparativo como herramienta indispensable para la reescritura de datos deterministas permitirá identificar, a través del estudio de las variables cuantificables de los sistemas de Infraestructuras Críticas , datos precisos que permitan comprobar las diferentes hipótesis existentes frente al tópico de la estabilidad socioeconómica y política global, permitiendo así establecer relaciones sistémicas entre los datos aportados por los registros materiales disponibles y confrontando así las aproximaciones cualitativas a los datos cuantificables y extrayendo de tal proceso un acercamiento objetivo hacia el tópico en cuestión. Esto con el fin de complementar la información obtenida través de diversos métodos de investigación.

Por este motivo, la presente investigación se propone describir las características principales del concepto de Infraestructuras Críticas a lo largo de las últimas décadas del siglo XX y principios del siglo XXI, su relación con la estabilidad y gobernanza del sistema global de desarrollo humano y su aplicación a casos concretos de proyectos emblemáticos de resiliencia y sostenibilidad de sus infraestructuras.

Para llevar a cabo este análisis se recurrió a un diseño no experimental de tipo panel que se aplicó de manera longitudinal o evolutiva sobre el subgrupo de infraestructuras críticas japonesas desarrolladas a lo largo de los últimos veinte años y que forman parte del objeto de estudio. Se debe tener en cuenta, en base a lo citado con anterioridad, que según Hernández, Fernández y Baptista (2006):

En un estudio no experimental no se construye ninguna situación, sino que se observan situaciones ya existentes, no provocadas intencionalmente en la investigación por quien la realiza. En la investigación no experimental las variables independientes ocurren y no es posible manipularlas, no se tiene control directo sobre dichas variables ni se puede influir sobre ellas, porque ya sucedieron, al igual que sus efectos. (p.205)

Por otra parte, se ha preferido la utilización de un enfoque mixto, que integre variables cuantitativas y cualitativas, con el fin de realizar una aproximación al objeto de estudio desde una perspectiva sistémica.

Según Hernández, Fernández y Baptista (2006):

El enfoque mixto es un proceso que recolecta, analiza y vincula datos cuantitativos y cualitativos en un mismo estudio o una serie de investigaciones para responder a un planteamiento del problema (…). Se usan métodos de los enfoques cualitativo y cuantitativo y pueden involucrar la conversión de datos cuantitativos en cualitativos y viceversa (…). Asimismo, el enfoque mixto puede utilizar los dos enfoques para responder distintas preguntas de investigación de un planteamiento del problema. (p.755)

Respecto a las técnicas a utilizadas, se recurrió a la investigación documental mediante la aplicación de la sistematización bibliográfica, el análisis de contenido propias del enfoque cualitativo y el análisis textual cuantificado perteneciente al campo del enfoque cuantitativo, aplicado sobre los documentos pertenecientes a The Second National Strategy on Information Security y The Basic Policy of Critical Information Infrastructure Protection, con el objetivo de evaluar determinaciones conceptuales y marcos de desarrollo a lo largo del tiempo.

Por último, con el fin de contribuir a un desarrollo metódico y sistematizado de la investigación se ha estructurado el contenido de la misma en cinco apartados. En el primer apartado “Historiografía como actio. La ampliación del espectro de la praxis en la Historiográfica del Tiempo Presente”, se evalúa la posibilidad de ampliar el campo de acción del método historiográfico vinculando determinados enfoques teóricos al campo de la praxis, sugiriendo formas de convertir a la Historiografía del Tiempo Presente en Historiografía Aplicada. En el segundo apartado “Sobre el concepto de Infraestructuras Críticas y su vinculación con la praxis historiográfica”, se lleva a cabo un análisis de compatibilidad entre la praxis historiográfica y su función propositiva en campos esenciales para el desarrollo del factor civilizatorio como lo es el relacionado a las Infraestructuras Críticas. En el tercer apartado “Sostenibilidad, criticidad y resiliencia en las Infraestructuras Críticas”, se lleva a cabo un análisis de las características que definen al concepto de Infraestructuras Críticas con el fin de delimitar su campo de acción y establecer las relaciones historiográficas pertinentes. En el cuarto apartado “Temas principales de la agenda global y su impacto en las IC” se aborda el impacto de los principales temas de la agenda global sobre las Infraestructuras Críticas y su vinculación con los objetivos 2030 establecidos por la Organización de las Naciones Unidas. Por último, en el quinto apartado “Casos concretos de IC. La resiliencia japonesa” se abordan los sistemas de Infraestructura Crítica de países como Japón, así como también se describen los principales avances de citado país en materia de resiliencia y fomento de proyectos de sostenibilidad en el marco de las Infraestructuras Criticas. De esta manera, se intenta comprobar que el crecimiento de la importancia de las Infraestructuras Criticas observado a lo largo de las últimas décadas del siglo XX y principios del siglo XXI incide de forma directa en la construcción de estabilidad y gobernanza del sistema global de desarrollo humano.

5.2 Sobre el concepto de Infraestructuras Críticas

5.2.1 Su vínculo con la reconstrucción del pasado inmediato

En líneas generales se entiende por infraestructura al:

Conjunto de servicios, medios técnicos e instalaciones que permiten el desarrollo de una actividad. La palabra infraestructura proviene del latín infra (debajo) y structus (construido), y por ello se utiliza este término para referir a una estructura que sustenta a otra, actuando como su base. En su uso más frecuente, la infraestructura comprende el conjunto de obras públicas, instalaciones, instituciones, sistemas y redes que sostienen el funcionamiento de ciudades, países y otras formas de organización social.

(Editorial Etecé, 2020)

Por otra parte, diferentes organismos internacionales y bloques geopolíticos han dado forma también al concepto de Infraestructuras Críticas, permitiendo de esta manera delimitar su campo de acción y elaborar los mecanismos necesarios para asegurar su correcto funcionamiento y protección ante posibles amenazas. En ese contexto el articulo 2.a de la directiva 2008/114/CE del Consejo de la Unión Europea (una de las siete instituciones que la conforman) sobre la identificación y designación de Infraestructuras Críticas Europeas y la evaluación de la necesidad de mejorar su protección, define las Infraestructuras Críticas como:

El elemento, sistema o parte de este situado en los Estados miembros que es esencial para el mantenimiento de funciones sociales vitales, la salud, la integridad física, la seguridad y el bienestar social y económico de la población y cuya perturbación o destrucción afectaría gravemente a un Estado miembro al no poder mantener esas funciones.

(Consejo de la Unión Europea, 2008)

A su vez el Centro de Infraestructura Crítica13 creado por el gobierno australiano en el año 2017 define a las infraestructuras criticas como:

Las instalaciones físicas, cadenas de suministro, tecnologías de la información y la comunicación y sus redes que, si se destruyen, se degradan o dejan de estar disponibles durante un período prolongado, tendría un impacto significativo en la vida social o bienestar económico de la nación o afectaría la capacidad del país para llevar a cabo la defensa nacional y garantizar la seguridad nacional14.

(CIC, 2017)

Asimismo, la Agencia de Seguridad de Infraestructura y Ciberseguridad15, quien lleva a cabo tareas de asesoramiento dentro del Departamento de Seguridad Nacional de los Estados Unidos de Norteamérica sostiene que:

La infraestructura crítica describe los sistemas y activos físicos y cibernéticos que son tan vitales para los Estados Unidos que su incapacidad o destrucción tendría un impacto debilitante en nuestra seguridad física o económica o en la salud o seguridad pública. La infraestructura crítica de la Nación brinda los servicios esenciales que sustentan la sociedad estadounidense16.

(CISA,2022)

Otros ejemplos de conceptualización en torno a la temática de las Infraestructuras Criticas se encuentran en la resolución 1523/2019, anexo 1, de la Secretaría de Gobierno de Modernización de la República Argentina, la cual define como Infraestructuras Críticas a:

Aquellas que resultan indispensables para el adecuado funcionamiento de los servicios esenciales de la sociedad, la salud, la seguridad, la defensa, el bienestar social, la economía y el funcionamiento efectivo del Estado, cuya destrucción o perturbación, total o parcial, los afecte y/o impacte significativamente.

(Secretaría de gobierno de Modernización, 2019)

Independientemente de la Organización Internacional o Estado que lleve a cabo una definición de sus Infraestructuras Críticas, el proceso de conceptualización de las mismas siempre pondrá énfasis en su carácter esencial, es decir, en la naturaleza sustancial de las mismas, lo cual implica la imposibilidad de acceder a soluciones alternativas ante un posible problema estructural, ya que en caso de presentarse anomalías, su carácter indispensable conllevaría necesariamente la perturbación de los sistemas que están asociados a tales infraestructuras, convirtiendo así al entorno en un sistema de retroalimentación negativa capaz de dejar al descubierto no solo problemas de tipo material sino también problemáticas de tipo cultural destinadas a mutar en fenómenos de desintegración del tejido social y con ello del elemento civilizatorio característico de las sociedades del siglo XXI.

En ese sentido, la total dependencia del desarrollo del ser humano a distintos tipos de infraestructuras resignifica la temática en cuestión permitiéndole adquirir una importancia superlativa respecto a otros tópicos de la agenda mundial, ya que a diferencia de siglos anteriores la tecnología inmersa en cada sistema crítico, al convertirse en el eje fundamental del desarrollo, supone la interconexión y dependencia de todos los subsistemas implicados que no pueden quedar a merced de posibles anomalías. En ese marco, la caída de una infraestructura por causas naturales o perturbaciones humanas no es un tema que haya sido tomado a la ligera por los grandes centros de decisión durante los últimos decenios, ya que a través de diferentes prospecciones se ha intentado focalizar la mayor cantidad de esfuerzos en evitar la materialización de los innumerables efectos negativos que tales interrupciones o perturbaciones podrían tener en el sistema global.

La preocupación por el efecto de tales perturbaciones radica en su capacidad de modificar los linderos de estabilidad y desarrollo que caracterizan a diferentes ámbitos y aspectos del sistema mundial, incidiendo no solo en la calidad de vida de los seres humanos al poner en peligro su salud e integridad física, sino también en el ámbito económico al producirse potenciales perturbaciones en el sistema financiero y productivo; en el medio ambiente al poner en peligro o al dañar el ecosistema y los elementos que lo conforman; en el correcto ejercicio de los derechos humanos y libertades consagradas en cada pacto internacional y en las labores ejecutivas, legislativas y judiciales de un Estado de Derecho.

Por otra parte, la transición a las primeras décadas del siglo XXI no ha encontrado al espectro científico que aborda a la temática de las Infraestructuras Críticas desprevenido e inconsciente de las debilidades y fortalezas construidas a lo largo de los últimos ochenta años. En ese sentido los esfuerzos encaminados a dar forma a un nuevo paradigma de las Infraestructuras Críticas se nutren de características y adjetivaciones construidas en base a objetivos compatibles con las necesidades del siglo XXI, los cuales instan a construir los elementos esenciales del sistema global en base al eje seguridad, sostenibilidad y resiliencia.

5.3 Sostenibilidad, criticidad y resiliencia en las Infraestructuras Criticas

Una de las características más importantes que define al concepto de Infraestructuras Críticas es la “criticidad”, característica que conlleva necesariamente la pregunta respecto a que es lo crítico y por qué una infraestructura debe ser calificada como tal.

Respecto a cuáles son los tipos de Infraestructuras que pueden ser consideradas críticas, según la Agencia de Seguridad de Infraestructura y Ciberseguridad17 (2020), existen dieciséis sectores cuyos activos, sistemas y redes, ya sean físicos o virtuales, se consideran de vital importancia, a tal punto que su incapacitación o destrucción tendría un efecto devastador en la seguridad, economía, salud o cualquier combinación de estos factores. Dentro del espectro de criticidad propuesto por esta agencia se destacan el sector químico, las instalaciones comerciales, el sector de comunicaciones, el sector de manufactura crítica, el sector de presas, el sector de base industrial de defensa, el sector de servicios de emergencia, el sector energético, el sector de servicios financieros, el sector agroalimentario, el sector de instalaciones gubernamentales, el sector de salud y salud Pública, el sector de Tics, el sector de reactores nucleares, materiales y residuos, el sector de sistemas de transporte, el sector de sistemas de agua y saneamiento y el sector de tecnología satelital.

Por otra parte, la criticidad como característica fundamental de este tipo de infraestructuras lleva en su seno la inexorable capacidad de anticipación necesaria para evitar el colapso de los subsistemas que dependen de tales infraestructuras. Si bien las previsiones pueden verse afectadas por diferentes márgenes de error, no deja de ser un factor fundamental que permite la ampliación de tales cuidados a todos los sectores vinculados a una Infraestructura Crítica. De esta forma la previsibilidad ha permitido actuar contra algunas falencias del sistema global, cítese a la pobreza como ejemplo, la cual ha sido controlada a partir de la creación de trabajo vinculado directa o indirectamente al mantenimiento y creación de los elementos esenciales del sistema. Otro importante ejemplo lo constituye la "transición energética" europea, donde todos los actores que forman parte del sistema se ven exhortados a tomar grandes decisiones a corto, mediano y largo plazo en base a previsiones que permitan dan respuestas a temáticas como la caracterización del valor de las Infraestructuras para la sociedad, la sostenibilidad de las Infraestructuras, la creación de Infraestructuras Inteligentes, el desarrollo de Infraestructuras frente al cambio climático, los riesgos, amenazas y resiliencia de los sistemas de desarrollo, las Inversiones y finanzas para las Infraestructuras, la planificación de Infraestructuras Adaptativas, etc. Un espectro tan amplio de temas a resolver demuestra que la esencialidad que caracteriza a las Infraestructuras críticas justifica su criticidad, al colocarse la importancia de las mismas sobre cualquier elemento distorsivo del sistema, fundando tal importancia en la necesidad de su correcto funcionamiento, lo cual quita del plano de las discusiones políticas y socioculturales al tema en cuestión convirtiéndolo en una política que trasciende los linderos tradicionales del poder.

En ese sentido, la protección de la Infraestructura Crítica basada en modelos de cooperación público-privada es vital para mantener los servicios esenciales en funcionamiento. Por tal motivo la identificación de Infraestructuras Críticas cuya importancia sea superlativa en términos y magnitudes sistémicas, podría ayudar a fomentar nuevos modelos y canales de cooperación, ya que a medida que los shocks se vuelven más frecuentes en el mundo profundamente interconectado, un número creciente de gobiernos y de organizaciones recurren a estrategias de gobernanza del riesgo basadas en la resiliencia para hacer frente a tales perturbaciones. En ese marco, una conceptualización de riesgo debe vincularse necesariamente a las fallas significativas en el funcionamiento de los elementos que hacen al sistema de Infraestructuras Críticas, cuyo efecto en cascada puede determinar en el corto plazo la transformación del funcionamiento de una sociedad e incluso, contribuir a su colapso.

Al transformarse las Infraestructuras Críticas en elementos esenciales del sistema, conceptos como el de gobernanza en un contexto de riesgos se convierten en fundamentos de la criticidad al dotarla de entidad y aceptar sus implicancias y riesgos. El Consejo Internacional de Gobernanza de Riesgos18 define a estos mecanismos de gobernanza orientados a la neutralización de riesgos como:

Las acciones, procesos, tradiciones e instituciones mediante las cuales se ejerce la autoridad y se toman e implementan las decisiones. El gobierno del riesgo aplica los principios del buen gobierno a la identificación, evaluación, gestión y comunicación de los riesgos.

(IRGC, 2019)

Una adecuada gestión de riesgos orientada a la protección de infraestructuras críticas posee la ventaja de reducir la interdependencia capaz de trasferir los aspectos negativos críticos de un sistema a un subsistema así como también promueve la gestión de la demanda de tales infraestructuras y el ajuste de prioridades, minimizando los tiempos de restauración del sistema luego de una falla y permitiendo que se mantengan los elementos del subsistema social críticos frente a una falla en el sistema general.

Otras dos características principales que definen a las Infraestructuras Críticas son los conceptos de resiliencia y sostenibilidad, entendido el primero en sentido amplio como:

La capacidad de resistir, adaptarse a las condiciones cambiantes y recuperarse positivamente de las conmociones y tensiones. Por lo tanto, la infraestructura resiliente podrá continuar brindando servicios esenciales, debido a su capacidad de resistir, adaptarse y recuperarse positivamente de cualquier choque y estrés que pueda enfrentar ahora y en el futuro. Esto se aplica a los activos de infraestructura física y al sistema más amplio del que forman parte estos activos, incluido el entorno natural, las organizaciones que poseen y operan estos sistemas, y los humanos que toman decisiones a través de las cadenas de valor para estos sistemas19.

(Resilience Shift,2022)

Por otra parte, el concepto de sostenibilidad aplicado a las características esenciales que poseen las los sistemas de Infraestructuras Criticas se refiere a:

Los equipos y sistemas que están diseñados para satisfacer las necesidades de servicios esenciales de la población, incluidos caminos, puentes, torres telefónicas, centrales hidroeléctricas, etc., con base en principios integrales sostenibles. Esto significa que la infraestructura es respetuosa con el medio ambiente de principio a fin, y eso incluye factores económicos, financieros, sociales e institucionales20.

(Iberdrola Group, 2022)

Tales definiciones han quedado plasmadas en diversos documentos y declaraciones que integran a su configuración metodológica la perspectiva intergeneracional, el enfoque de partes interesadas y el pensamiento de ciclo de vida. En ese sentido, el 25 de septiembre de 2015, un total de 193 países se comprometieron en la 70 Asamblea General de las Naciones Unidas, a poner sus miras en 17 líneas de trabajo claves y primordiales para la sostenibilidad del planeta; los llamados 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible, con el objetivo de alcanzar para el año 2023 una transformación radical de todos los sistemas implicados en el desarrollo humano y de sus infraestructuras asociadas.

5.4 Temas principales de la agenda global y su impacto en las IC

De los innumerables temas que preocupan al sistema global, cuatro en particular poseen especial relevancia para la temática de las Infraestructuras Críticas: producción y comercio; finanzas y sistemas monetarios; seguridad global y digitalización y tecnología.

En cuanto a la producción y comercio como temas de gran relevancia para la agenda global, gran parte de los actores internacionales han aunado sus esfuerzos en pos de alcanzar el objetivo de fortalecer el sistema de comercio mundial, ya que desde sus perspectivas geopolíticas tal fortalecimiento tiene la capacidad de generar mayor inclusividad y fortalecer a aquellos países en desarrollo que por diferentes motivos han visto menguado o paralizado su crecimiento tanto cuantitativo como cualitativo, reflejándose ello en sus sistemas de Infraestructura Crítica. El sistema de comercio internacional a través de sus normas, las cuales permiten pensar acciones complejas en un contexto de previsibilidad, se ha convertido en un incuestionable motor de crecimiento, capaz de aumentar las posibilidades de económicas de diferentes actores internacionales y con ello las innovaciones y mejoras de todas las estructuras ya existentes que se nutren de tales herramientas para crecer de forma superlativa.

Según el Grupo Banco Mundial21 la liberalización del comercio propuesta como parte de la agenda de fortalecimiento del sistema de comercio internacional:

Ha promovido el crecimiento económico en un promedio de 1 a 1,5 puntos porcentuales, lo que da lugar a un aumento de entre el 10 % y el 20 % de los ingresos después de una década. En términos absolutos el sistema de comercio internacional ha impulsado los ingresos en un 24 % a nivel mundial desde 1990, y en un 50 % en el caso del 40 % más pobre de la población. En consecuencia, desde 1990, como parte de un proceso constante de apertura y consolidación económica, más de 1000 millones de personas han abandonado la pobreza a causa del crecimiento económico generado por la práctica de estrategias comerciales integradas al sistema global.

(WBG, 2019)

Consolidados a través del tiempo, algunos factores sociopolíticos dificultan el funcionamiento optimo no solo del sistema de Infraestructuras Criticas relacionadas al comercio dentro del esquema global, sino que también dificultan la inserción de los países en vías de desarrollo en citado sistema, generándose de esa forma un atraso cuantitativo en los subsistemas que forman parte de tales actores. En ese sentido, la existencia de empresas de escasa competitividad, sistemas regulatorios desfavorables para el crecimiento económico y especialmente la falta de planes de creación y gestión eficiente de Infraestructuras Críticas, no solo se configuran como las principales perturbaciones que afectan al sistema de infraestructuras sino que ponen en evidencia las constantes tensiones a las cuales ha sido sometido el esquema mundial a lo largo de las últimas décadas, impidiendo el desarrollo de mecanismos de previsibilidad local o regional para el funcionamiento correcto de los mercados y sus infraestructuras asociadas.

Por otra parte, la importancia de las estructuras financieras y monetarias se configura como otro de los grandes temas que hacen a la agenda internacional y que afectan directamente el campo de las Infraestructuras Críticas, ya que el sistema financiero no solo tiene capacidad para mejorar los índices de productividad de diferentes actores, sino que también la eficiencia y solides de los sistemas financieros y monetarios permite dirigir recursos de forma eficiente a aquellos sectores o proyectos de alta productividad e impacto, por lo que se ha convertido en un factor de gran importancia dentro de la agenda internacional para asegurar que el flujo de recursos tan necesarios para permitir el crecimiento de diferentes tipos de proyectos de infraestructura en un marco constante y seguro. En otras palabras, los sistemas financieros y monetarios solidos sustentan y dan forma al crecimiento económico y al desarrollo de todos los campos afectados a las Infraestructuras Criticas modificando de forma positiva el desarrollo de los actores implicados.

Otra de las condiciones necesarias para la prevalencia de las Infraestructuras Críticas es la seguridad global. Siendo que el nivel de efectividad de una infraestructura puede medirse no solo en términos de generación de sistemas sino también en términos de acceso, es necesario destacar que tanto la fragilidad, el conflicto y la violencia que se manifiestan no solo en escases e inexistencia de Infraestructuras Críticas sino también en acceso restringido a los beneficios que otorgan las mismas, conforman uno de los problemas más graves en términos de seguridad de las ultimas décadas, ya que los conflictos generados a raíz de la falta de acceso a recursos críticos decantan en rupturas de los pactos de convivencia no solamente entre naciones sino también entre individuos. En ese contexto, regiones como Asia, África, América Latina y Europa Oriental han sufrido grandes retrocesos luego de la pandemia de COVID-19 respecto a la estabilidad institucional y la cohesión social que se ve deteriorada por innumerables conflictos violentos que tienden hacia la radicalización y que se traducen a su vez en inseguridad alimentaria, aumento de la desigualdad y cambios demográficos. Según estimaciones del Grupo Banco Mundial22:

(…)20 millones de personas adicionales viven en pobreza extrema en los países afectados por conflictos violentos desde el inicio de la pandemia de COVID-19, mientras que para 2023, se espera que el PIB de los países afectados sea un 7,5 % inferior a las previsiones previas a la pandemia. A su vez se estima que más de 84 millones de personas fueron desplazadas por la fuerza a mediados de 2021, antes de que la guerra en Ucrania provocara la crisis de refugiados de más rápido crecimiento en Europa desde el fin de la Segunda Guerra Mundial. De esa cantidad, el 85 % vive en países en desarrollo.

(WBG, 2022)

Tal situación plantea nuevos interrogantes para un sistema global donde las Infraestructuras Criticas han sido diseñadas para responder generalmente a situaciones de estabilidad, viéndose colapsados innumerables subsistemas a partir de los recientes hechos geopolíticos, lo cual sumado a una importante falta de financiación y la imposibilidad de acceso a fuentes de inversión confiables en un contexto bélico, ha puesto en crisis los diversos sectores que conforman el amplio espectro de infraestructuras que están siendo desbordadas por falta de previsiones y mecanismos de resiliencia, hecho que denota el tipo de plan de infraestructuras diseñado a mediados del silgo XX, es decir un plan alejado de aquellas características que han sido exhortadas por diversos sistemas de gobernanza global y que se resumen como se ha citado con anterioridad en sostenibilidad, resiliencia y criticidad.

En cuanto al conocimiento y tecnologías de la información, diferentes organismos internacionales han abordado las limitaciones relacionadas a la brecha digital y la necesidad de llevar a cabo proyectos de infraestructuras necesarios para democratizar la transformación tecnológica global. Las tecnologías digitales son un elemento dentro de las Infraestructuras Críticas indispensable para el desarrollo humano y brindan a los actores del sistema global oportunidades únicas para acelerar el crecimiento de sus variables económicas y socioculturales. Sin embargo, según datos del Banco Mundial a fines de 2021:

(…) casi 3000 millones de personas no contaban con acceso a Internet, situación que necesariamente lleva aparejada la falta de inclusión digital que se traduce en distintos tipos de problemas. La proporción de usuarios de servicios de internet en las zonas urbanas es el doble que en las zonas rurales. El 71 % de la población más joven del mundo de entre 15 y 24 años utiliza la Internet, en comparación con el 57 % de todos los demás grupos etarios. La economía digital equivale al 15,5 % del producto interno bruto (PIB) mundial, y en los últimos 15 años ha registrado un crecimiento dos veces y medio superior al del PIB mundial. Un aumento del 10 % de la penetración de la banda ancha móvil en África generaría un aumento del 2,5 % del PIB per cápita.

(WBG, 2022)

En el contexto global posterior a la COVID-19, los esfuerzos de digitalización se aceleraron en todo el mundo. Sin embargo, la mayoría de los países en desarrollo actualmente no cuentan con las herramientas ni los entornos adecuados para eliminar la brecha digital, quedando así en evidencia las importantes falencias en sus programas de Infraestructuras Criticas.

4. Casos concretos de Infraestructuras Críticas: la resiliencia japonesa

En un contexto global donde la interconexión de los distintos sistemas y subsistemas se configura como una característica inexorable del factor civilizatorio actual, algunos Estados y Organismos Internacionales, conscientes de la importancia de las Infraestructuras Criticas, han elaborado diferentes mecanismos de defensa y protección de las mismas poniendo énfasis en el control de riesgos asociados a factores antropológicos y/o naturales. En ese sentido, el sistema de protección de Infraestructuras Críticas japonesas se caracteriza por poner énfasis en la participación público- privada a través de la participación en sus programas de control de riesgos de diferentes actores, lo cual dota al sistema de complejidad y capacidad de respuesta rápida frente a diferentes tipos de amenazas. En líneas generales el Security Policy Council (ISPC) y el National Information Security Center (NISC) son los centros de gestión de riesgos encargados de llevar adelante la tarea de proteger la Infraestructuras Criticas, así como a su vez Japón colabora con otros Estados para reducir o neutralizar las amenazas a este tipo de infraestructuras. En ese sentido su colaboración junto a Estados Unidos de Norteamérica y Europa da forma al espectro de temáticas bajo observación (aviación, comunicaciones, energía, servicios médicos, caminos y rutas de transporte, agua, finanzas, información, etc.), aunque el sistema japonés pone especial énfasis en la protección de las infraestructuras vinculadas a las tecnologías de la información.

En ese contexto, el sistema de protección de Infraestructuras Criticas de países como Japón se constituye a partir de marcos operativos y normativos como la Política Básica de Protección de la Infraestructura de Información Crítica23, la cual es definida como:

Una política básica compartida por el gobierno, que tiene la responsabilidad de la protección de la Infraestructura de Información Crítica y sus proveedores, que llevan a cabo de forma independiente las medidas de protección pertinentes. Fue establecido para servir de base a la política relacionada con las medidas de seguridad de la información para infraestructura crítica de Japón, como la promulgación del "Plan de Acción Especial sobre Contramedidas contra el terrorismo cibernético para la infraestructura crítica" , antes del establecimiento de la Centro Nacional de Seguridad de la Información24.

(Information Security Policy Council, 2014)

Por otra parte, la Segunda Estrategia Nacional de Seguridad de la Información también forma parte del esquema normativo y programático de las estrategias japonesas orientadas a la resolución de perturbaciones con capacidad de afectación de las Infraestructuras Críticas. En ese sentido tal estrategia nacional tiene como propósito fundamental:

Fomentar el desarrollo de toda la sociedad al garantizar la seguridad y la protección a medida que las tecnologías de la información se hacen disponibles. Por lo tanto, el objetivo básico de la Primera Estrategia Nacional, crear la seguridad ambiente para usar tecnologías de la información, debe mantenerse como una política central y las medidas deben ser tomadas para resolver problemas al hacer las políticas25.

(National Information Security Policy Council, 2009)

Fuera del ámbito gubernamental otros centros y organizaciones participan en el sistema de protección de Infraestructuras Críticas. Algunos como el Instituto Internacional de Investigación de Ciencias de Desastres perteneciente a la Universidad de Tohoku26 tienen por objetivo:

Aplicar a la sociedad los conocimientos derivados de la investigación sobre el gran terremoto y tsunami del este de Japón de 2011 y su recuperación y los resultados de la investigación sobre desastres en todo el mundo; construir estudios para construir sistemas sociales en los que los humanos y la sociedad puedan responder sabiamente a los desastres cambiantes, superando las dificultades y aplicando las lecciones aprendidas; y sistematizar estos estudios como investigación práctica sobre desastres y construir su valor académico.

(Irides, 2019)

Por último, a nivel internacional las políticas de colaboración entre diferentes Estados permiten a Japón participar de rondas de reconocimiento de posibles amenazas y factores disruptivos de las Infraestructuras Criticas. En ese sentido el Centro de Resiliencia Euro Atlántico, del que Japón participa sostiene que:

Japón es en muchos campos un ejemplo para todo el mundo en términos de resiliencia. Su experiencia y conocimientos son extremadamente valiosos para el espacio euroatlántico. 27.(…) La resiliencia japonesa se compone de tres grandes factores: Resiliencia orgánica, que es una cualidad construida durante un largo período de tiempo e incluye aspectos como la calidad de la infraestructura o el desempeño en la educación para el público en general, no solo la élite (porque el público en general puede mostrar resiliencia social frente a la agresión híbrida y la desinformación); células de crisis interinstitucionales bien establecidas y bien capacitadas, listas para actuar en cualquier momento, para cada categoría de crisis potencial; y prospectiva estratégica, es decir, la capacidad de detectar con anticipación las crisis del mañana.28.

(Euro Atlantic Resilience Centre, 2022)

En conclusión, la Historia Japonesa ha demostrado a lo largo de los últimos ochenta años la firmeza de una sociedad dispuesta a ser parte de un sistema que responda a las características de criticidad, resiliencia y sostenibilidad, lo cual ha quedado comprobado en la importancia que tiene para Japón sus redes de Infraestructuras y su constante actualización y evaluación de efectividad frente a posibles catástrofes.

5.5 Reflexiones finales.

Sin lugar a dudas la aplicación de los métodos historiográficos, en especial de aquellos relacionados con la Historia del Tiempo Presente pueden suscitar los más amplios debates acerca de la función de la Historiografía en el abordaje de temas actuales. Ante tal interpelación bastaría con instar al lector a escudriñar aquellos abordajes teóricos y hasta filosóficos nacidos fuera de la cultura academicista occidental, que tienen capacidad para llevar a cabo observaciones estructurales de la experiencia histórica en tiempo real sin por ello caer en subjetivismos. Resueltas tales limitaciones la Historiografía puede ser observada desde un nuevo punto de vista, integrador, global, constituido por las miles de formas de pensamiento y aproximaciones científicas respecto a un objeto de estudio propio de fases transitivas de la Historia, en este caso el de las Infraestructuras Criticas.

La elección de tal tema no es al azar, pues como se citó en la introducción del presente trabajo una de las funciones más importantes de la Historiografía es la preservación de la civilización y en ella las Infraestructuras Críticas detentan un rol de gran importancia. Por ese motivo el tópico de las Infraestructuras Críticas no debe quedar fuera de la perspectiva historiográfica, ya que ningún conflicto actual con potencial para generar perturbaciones en el sistema global carece de su propia Historia, Historia a la cual se debe acceder para tratar de desentrañar las raíces de cada experiencia histórica.

A su vez luego de llevar a cabo un análisis minucioso sobre la orientación que ha tomado el estudio de las Infraestructuras Críticas (indispensables para sostener el factor civilizatorio), no causa sorpresa el encontrar a instituciones, organismos y Estados dedicados preferentemente a atender la faceta tecnológica y material de las redes de infraestructura, en especial aquella relacionada a la tecnología de la información. Es posible que ante tal forma de abordar el problema existan otros tipos de infraestructuras que se estén dejando de lado, así como otros conceptos relacionados a las mismas como lo son la posibilidad de acceso y la destrucción de brechas. En ese sentido una Historiografía del Tiempo Presente que ponga su atención en esta temática debe intentar ampliar los horizontes del objeto de estudio, para que dentro de su espectro se encuentren incluidas la mayor cantidad de variables y perspectivas posibles. En ese sentido el ejemplo de Japón, que ha construido mecanismos de defensa de sus redes en base a un ejercicio eficiente de la resiliencia, sostenibilidad y criticidad, puede convertirse en un modelo ejemplar para aquellos Estados que aun intentan ser parte del sistema global y alcanzar los beneficios que de tal inclusión se sustraen.

Sin lugar a dudas el tema será debatido durante las próximas décadas una y otra vez dando lugar a nuevas perspectivas y enfoques, y si bien se ha intentado a través del presente trabajo hacer un aporte descriptivo y concientizador respecto a la temática (a veces ajena a los Estados suramericanos) el enfoque sistémico que se utilizado para acceder al objeto de estudio puede y debe ser perfeccionando por sus pares, ya que el factor civilizatorio es un tema que incumbe inexorablemente a todos.

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22 de noviembre de 2022, Ciudad de Mendoza. Mendoza, Argentina.